jueves, 30 de septiembre de 2010
El Parque das Aves
En la jaula de las guacamayas se oye un platicar incesante de comadronas alborotadas, mientras las aves se lanzan a vuelo rasante sobre nuestra cabeza, apantallándonos con las alas. Una de las jaulas más asombrosas en una llena de mariposas y colibríes, esas joyas aladas de indefinibles colores que parecen flotar con un vibrante aleteo. En total hay unas 900 aves de 150 especies, algunas traídas de Asia, Africa y Oceanía. La más extraña es el cassowary casuar, oriundo de Nueva Guinea, una especie de avestruz de colores payasescos con gruesas patas y una cresta de hueso que parece salido de la película Jurassic Park. Pero también hay faisanes de Nepal, un reptilario con iguanas y boas constrictoras, unos monitos minúsculos que habitan en una pequeña isla rodeada por un estanque, y loros de toda clase, tamaños y colores.
Cetrería y aves exóticas en torno al Iguazú
Güira Oga significa “Casa de los Pájaros” en idioma guaraní. El nombre se lo pusieron sus creadores a este centro de reproducción y recría de aves amenazadas de la selva paranaense. Quien recibe en primer lugar a los turistas es Totó, un mono aullador que nos espera colgado del cartel de la entrada. Nuestro anfitrión nos acompañará durante toda la recorrida, aunque su merecida propina la exige por adelantado, y ante un descuido se desliza por la ventana de nuestro auto robándonos los biscochitos para el mate.
El predio mide 20 hectáreas que fueron cedidas por el estado en 1997. Allí van a parar todos los animales de la selva encontrados heridos o que son decomisados por tráfico ilegal en la Triple Frontera. El trabajo principal es reproducir las aves en peligro de extinción y reintroducirlas en su hábitat natural. En el sector de los tucanes hay cuatro especies de esta colorida ave, muchas veces decomisadas en Ezeiza o encontradas heridas por las trampas de los cazadores furtivos. Los tucanes están en jaulas grupales donde conforman parejas estables. Al llegar al área de las lechuzas, muchos niños creen encontrar a la mascota de Harry Potter cuando ven a la lechuza del campanario. Mas adelante, un ensordecedor parloteo anuncia que nos acercamos al sector de los loros. Allí las piezas más vistosas son dos parejas de guacamayas rojas, prácticamente extinguidas en Misiones. Pero también hay ejemplares de loro vinoso, maracaná afeitado y otros que, por la facilidad con que aprenden a hablar, han sido depredados casi hasta su desaparición. Una de las especies más llamativas del centro es el macuco, una perdiz gigante que llega a medir casi medio metro de alzada y apenas sobrevive en las áreas protegidas debido a su codiciada carnes.
Especies de animales fauna de la Selva Misionera
Los mejor representados del reino animal son las aves. En la Selva Misionera se hallan unas 400 especies de aves, como es el caso de los picaflores, también están presentes pájaros conocidos como batacacitos, que se alimentan de hormigas, numerosos fruteros, los arañeros, y de presencia casi indefectible las urracas, que se mueven en pequeñas multitudes y son curiosas en incautas. Otras aves que llaman la atención son el caso de los fruteros o tangaraes, de variados colores. También están presentes pájaros carpinteros, bicheritos o comedores de insectos, trepadores, pavas de monte, águila calzada barreada, águila viuda, águila harpía, pato serrucho, guacamayo rojo entre muchas.Los tucanes, urracas, jotes negros, vencejos de cascada y los boyeros, son las especies más comunes de encontrar.
En la Selva Misionera también conviven gran cantidad de mamíferos, entre ellos se encuentran: tatues o armadillos", el oso hormiguero, numerosas especies de ratones de monte y comadrejitas, el venado o guazuncho, el agutí, el tapetí o conejo de monte, los chanchos de monte o pecaríes, el raro anta, y el tatú carreta.
Dentro de los carnívoros está presente el hurón mayor o gato irara, el puma, y el majestuoso yaguareté, yacaré,
Entre los troncos caídos pueden encontrarse numerosos animales, en especial anfibios, reptiles, aves y pequeños roedores, donde encuentran alimento y refugio.
Las copas de los árboles más altos son utilizados como miradores para las aves rapases como la Harpía, también son utilizados como posadero para los cuervos o jotes y para que numerosas aves puedan construir sus nidos fuera del alcance del hombre, o bien cuando se secan proveen un hábitat especial para numerosos pájaros carpinteros, loros y otras aves que crían en huecos de árboles.